viernes, 17 de mayo de 2013

Manifiesto de Verona



El 14 de noviembre de 1.943, en Castelvecchio (Verona), se reune la primera Asamblea Nacional del Partido Fascista Republicano que aprueba un “Manifiesto programático” desarrollado a lo largo de 18 puntos referentes a politica exterior, interior y social:



En materia constitucional interna:

1
Sea convocada la Asamblea Constituyente(1), poder soberano, de origen popular, que declara la dejación(2) de la Monarquía, condena solemnemente al último rey como traidor y prófugo, proclama la República Social y nombra al jefe de ésta.

2
La Constituyente está compuesta por los representantes de todas las asociaciones sindicales y de todas las circunscripciones administrativas; incluyendo a los representantes de las provincias invadidas, a través de las delegaciones de los evacuados y refugiados en territorio libre; comprende también la representación de los combatientes y de los prisioneros de guerra a través de la repatriación de inválidos; las de los italianos en el extranjero; la de la Magistratura(3), de las Universidades y de cualquier otro cuerpo o instituto cuya participación contribuya a hacer de la Constituyente la síntesis de todos los valores de la Nación.

3
La Constitución republicana deberá asegurar a los ciudadanos, soldados, trabajadores y contribuyentes el derecho de control y de crítica responsable sobre los actos de la administración pública. Cada cinco años el ciudadano será llamado a pronunciarse sobre el nombramiento del Jefe de la República.
Ningún ciudadano arrestado en acto flagrante o detenido por medida preventiva, podrá ser retenido más de siete días sin una orden de la autoridad judicial. Salvo en caso de acto flagrante, incluso para los registros domiciliarios será necesaria una orden de la autoridad judicial.
En el ejercicio de sus funciones, la Magistratura actuará con plena independencia.

4
La negativa experiencia electoral, ya realizada en Italia y la experiencia parcialmente negativa de un método de nombramientos demasiado rígidamente jerarquizado; contribuyen ambas a una solución que concilie las exigencias contrapuestas. Un sistema mixto – por ejemplo: elección popular de los representantes a la Cámara y nombramiento de los ministros por parte del jefe de la República y del Gobierno. Mientras que en el Partido: elecciones de Fascio, salvo la ratificación y el nombramiento del Directorio Nacional por parte del Duce – parece el más aconsejable.

5
La organización a la cual competa la educación del pueblo en asuntos políticos es única. En el Partido, la ordenación de “combatientes y de creyentes”(4) la deberá realizar un organismo de absoluta pureza política, digno de ser el custodio de la idea revolucionaria. Su carné no será requerido para ningún empleo o comisión.

6
La religión de la República es la católica, apostólica y romana. Cualquier otro culto que no contradiga las leyes será respetado.

7
Los pertenecientes a la raza hebrea son extranjeros. Durante esta guerra serán de nacionalidad enemiga.

En política exterior:

8
Fin esencial de la política exterior de la República deberá ser: la unidad, la independencia y la integridad territorial de la Patria en las fronteras marítimas y alpinas marcadas por la Naturaleza, por el sacrificio de la sangre y por la Historia; fronteras amenazas por el enemigo con la invasión y por las promesas del gobierno refugiado en Londres. Otro fin esencial consistirá en hacer reconocer la necesidad del espacio vital, indispensable para un pueblo de 45 millones de habitantes en un área insuficiente para alimentarlos. Tal política se utilizará más adelante para la realización de una “comunidad europea”(5) con la federación de todas las naciones que acepten los siguientes principios:

a) eliminación de las seculares intrigas británicas en nuestro Continente;
b) abolición del sistema capitalista interno y lucha contra las plutocracias mundiales;
c) revalorizar en beneficio de los pueblos europeos y de aquellos autóctonos, recursos naturales de África, con el absoluto respeto por esos pueblos, especialmente los musulmanes, que, como Egipto ya están civil y socialmente organizados.

En materia social:

9
La base de la República Social y su objeto primario es el trabajo: manual, técnico e intelectual en cada una de sus manifestaciones.

10
La propiedad privada, fruto del trabajo y del ahorro individual, complemento de la personalidad humana será garantizada por el Estado. Sin embargo, la propiedad no debe convertirse en desintegradora de la personalidad física o moral de otros hombres, por medio de la explotación laboral.

11
En la economía nacional todo aquello que, por dimensión o función, exceda el interés individual para entrar en el interés colectivo, pertenecerá a la esfera de acción que le es propia al Estado. Los servicios públicos y, por lo general, la industria militar deberán ser gestionados por el Estado, a través de entidades para-estatales.

12
En cada empresa (industrial, privada, para-estatal o estatal) los representantes de los técnicos y de los obreros cooperarán estrechamente (a través de un conocimiento directo de la gestión) en la equitativa fijación de los salarios; así como al reparto equitativo de los beneficios, entre el fondo de reserva, la renta del capital accionarial y la participación en los beneficios mismos por parte de los trabajadores. En algunas empresas esto podrá darse con una extensión de las prerrogativas de las actuales comisiones de fábrica, compuestas por técnicos y obreros, con un representante del Estado; en otras incluso, en forma de cooperativa para-sindical.

13
En la agricultura, la iniciativa privada del propietario encontrará sus límites, allí donde la propia iniciativa faltare.La expropiación(5) de las tierras no cultivadas y de las explotaciones agrícolas mal gestionadas, podrá llevar a la partición de las mismas en lotes entre los jornaleros, para convertirlos en agricultores autónomos(6), o a la constitución de cooperativas para-sindicales o para-estatales. Según varíen las exigencias de la economía agrícola. Esto, por otra parte está previsto por las leyes vigentes, a cuya aplicación, el Partido y las asociaciones sindicales están imprimiendo el impulso necesario.

14
Está plenamente reconocido a los agricultores autónomos(6), a los artesanos, a los profesionales y a los artistas, ofrecer y ejercer las propias actividades productivas individuales por familias y por sociedades(7), salvo las obligaciones de consignar y someter al control las tarifas de las prestaciones.

15
Lo de la casa no es solo un derecho de propiedad, es un derecho a la propiedad. El partido inscribe en su programa la creación de un Ente nacional para la “Casa del Pueblo”, el cual, absorbiendo el instituto existente y ampliando al máximo la acción, provee dar en propiedad la casa a las familias de los trabajadores de todas las categorías, mediante la construcción directa de nuevas viviendas, o la recompra gradual de las existentes. El propósito es afirmar el principio general de que el alquiler – una vez reembolsado el capital pagado en la justa renta – constituya un titulo de compra. Como primera tarea el Ente resolverá los problemas derivados de las destrucciones de la guerra con la requisa y la distribución de locales inutilizados, y con edificaciones provisionales.

16
El trabajador será inscrito de oficio en el sindicato del gremio(8), sin que ello le impida transferirse a otro sindicato, cuando cumpla los requisitos.
Los sindicatos convergen en una única confederación que comprende a todos los trabajadores, técnicos y profesionales, con exclusión de propietarios que no sean directores o técnicos. Llamada Confederación General del Trabajo, de la Técnica y de las Artes. Los trabajadores dependientes de las industrias del Estado y de los servicios públicos conforman sindicatos gremiales(8) como cualquier otro trabajador. Todas las imponentes providencias sociales realizadas por el régimen fascista en un ventenio permanecerán íntegras. “La Carta del Trabajo” constituye en su letra la consagración, así como constituye en su espíritu el punto de partida para continuar el camino.

17
En la línea de la actualidad, el Partido estima inaplazable una adecuación salarial para los trabajadores, a través del acuerdo de unos mínimos nacionales e inmediatas revisiones locales y más aún para el pequeño y medio empleado, tanto estatal como privado. Pero para que el decreto no resulte ineficaz y al final perjudicial para todos, es necesario que: los expendedores de cooperativa, los expendedores de empresa, la ampliación de tareas del ente “Provisorio”, la requisa de los negocios culpables de infracciones y su posterior gestión para-estatal o cooperativa; se obtenga el resultado de pagar en víveres a los precios oficiales una parte del salario.
Solo así se contribuirá a la estabilidad de precios y de la moneda y al saneamiento del mercado.
En cuanto al mercado negro se pide que los especuladores a la par que los traidores y los derrotistas vuelvan a entrar en la jurisdicción de tribunales extraordinarios y sean sujetos de aplicación de pena muerte.

18
Con este preámbulo en la Constituyente, el Partido demuestra no solo que va hacia el pueblo, sino que está con el pueblo. Por su parte el pueblo italiano debe darse cuenta por ello, que solo hay una forma de defender sus conquistas de ayer, hoy y mañana: rechazar la invasión esclavista de las plutocracias anglo-americanas, la cual, por mil claros signos, quiere rendir aún más mezquina y mísera la vida de los italianos.

Hay solo una forma de alcanzar todas las metas sociales: combatir, trabajar y vencer.

Verona, 14 noviembre 1943

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