lunes, 12 de agosto de 2013

Estadísticas curiosas y crudas de la II República

La Segunda República duró cinco años, tres meses y cuatro días. Estas son algunas estadísticas que reflejan cómo fue aquel periodo en la historia de España que abarcó desde abril de 1931 hasta julio de 1936. Las fuentes han sido el INE y el Anuario Estadístico (Fundación BBVA).

I. Elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Concejales electos.

-Monárquicos: 30.165

-Republicanos: 8.950

Como en las grandes ciudades arrasaron los concejales republicanos (1.037 contra 552 monárquicos), la presión de la calle obligó al rey a huir del país. Muchos concejales monárquicos en los pueblos salieron elegidos porque no se presentó ningún rival. Era el caciquismo.

II. Durante esos cinco años se decretaron estados de prevención, alarma, y guerra.

Estado de prevención: 21

Estado de alarma: 23

Estado de guerra: 18

En la democracia reciente (en 33 años desde la Constitución de 1978), solo ha habido un ‘estado de alarma’ (huelga de controladores de 2010) y un ‘estado de excepción’ parcial en 1981, éste último declarado por el capitán general Miláns del Bosch en Valencia en el intento de Golpe de estado del 23-F

III. Golpes de Estado y rebeliones:

Hubo dos intentos de golpe de estado: en 1932 con el general derechista Sanjurjo, y en 1934 con el levantamiento armado promovido por UGT, el PSOE, los anarquistas de la CNT y la izquierda.Los dos intentos fracasaron. Además, hubo una declaración de independencia de una región (Cataluña, aunque dentro de un supuesto estado federal), y una rebelión militar armada que dio un golpe de estado y desató la Guerra Civil (1936). En la democracia moderna, desde 1978, ha habido un intento de golpe de Estado, el 23F de 1981, que fracasó.

IV. Número de víctimas por la violencia política: 2.225

Descripción

1931.

Asesinatos anarquistas en Barcelona 22

Quema de conventos 3

Incidentes den San Sebastián. 8

Huelga general en Sevilla: 20

Huelga general en Barcelona: 6

Castilblanco: 5

1932.

Revuelta anarquista: 30

Incidentes: 62

Pronunciamiento de Sanjurjo: 10

1933.

Revueltas anarquistas: 169

Incidentes: 27

Elecciones y huelga general en Madrid: 9

1934.

Asesinatos de falangistas: 9

Asesinatos por falangistas: 5

Huelga nacional en el campo: 15

Revolución de Asturias: 1.500

1935.

Ejecuciones: 2

Incidentes: 45

1936.

Incidentes, quema de conventos, asaltos a periódicos, violencia callejera… Incluye el asesinato del político de la oposición (conservador), José Calvo Sotelo: 270.

Nota: en 32 años desde 1968, hasta 2000, los muertos por la violencia terrorista en España de ETA, Grapo, grupos de extrema derecha y otros fueron de 1.005, es decir, menos de la mitad que la República en un periodo seis veces más largo.

V. Huelgas:

Año Número Jornadas perdidas (en millones)

1931. 734 4,6

1932. 681 5,6

1933. 1.127 15,6

1934. 594 12,1

1935. 181 N.D.

1936. 887 N.D.

Nota: hasta entonces, el año con más huelgas y jornadas perdidas fue, con diferencia, 1920, con 18,1 millones. En el siglo XX las tres fechas con mayor número de jornadas perdidas fueron 1979, 1977, 1933 y 1920 según cálculos oficiales del gobierno.

VI. Crecimiento económico anual a precios de mercado (PIB):

1930 -3,87

1931 -2,68

1932 2,67

1933 -2,04

1934 3,57

1935 2,22

1936 -22,57 (incluye la guerra)

Nota: el PIB a precios constantes, medido en pesetas de 1995, no superó en ningún año de la República al PIB de 1929 a precios de mercado, el mayor conocido hasta la fecha. En 1929 fue de 8.707 millones de pesetas. Solo se superó esta cifra en 1951, con 9.211 millones de pesetas. De todos modos, a la República le impactó la crisis mundial de 1929.

VII. El consumo real privado por habitante (en pesetas de 1958) nunca superó las 12.160 pesetas a que llegó España en 1929. La media de 1931 a 1935 fue de unas 11.600 pesetas por habitante.

VIII. Reforma Agraria.

Se prohíbe a los propietarios de tierras la expulsión de campesinos arrendatarios. Se establece jornada de ocho horas. Se obliga a los terratenientes a cultivar las tierras, y no dejarlas baldías. Se establece un seguro de Accidentes para los campesinos. Se llevan a cabo expropiaciones de latifundios para entregar tierras a los campesinos. A la nobleza no se le indemniza. Se conceden créditos a los campesinos para la explotación de tierras. Resultados hasta 1934.

Fincas Hectáreas Nº Asentados

expropiadas 468 89.133 8.698

ocupadas 61 27.704 3.651

XIII. Escolarización:

La República consiguió cifras record de escolarización (de 5 a 14 años, ambos sexos, en porcentaje sobre la población de esa edad)

1930 55,8

1931 58,8

1932 62,0

1933 65,6

1934 69,0

1935 N.D.

1936 N.D.

Logró además la tasa más alta de escolarización femenina: en 1930, solo el 53,1% de las mujeres entre 5 y 14 años estaba escolarizada. Cuatro años después, subió a 66,4% de las mujeres, cifra que no se superó hasta 1948.

Institutos Nacionales de Segunda Enseñanza.

Año Nº Profesores Alumnos

1931 80 1.722 105.649

1934 111 2.739 130.752

Institutos Elementales de Segunda Enseñanza

Año Nº Profesores Matriculados

1931 21 177 6.980

1934 56 701 14.255

Tanto en los Institutos Nacionales de Segunda Enseñanza como en los Elementales, la República incrementó prodigiosamente el número de profesores en muy pocos años. Más profesores por alumno significa menos masificación y más calidad. Por ejemplo, en tres años se duplicó el número de alumnos en los Elementales de Segunda Enseñanza, pero el número de profesores se multiplicó por cuatro.

Gran parte de ese mérito se debe al ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Marcelino Domingo Sanjuán. Creó un cuerpo docente muy parecido al modelo moderno finlandés, hoy tan admirado: tenían que realizar formación universitaria, y además, prácticas en escuelas durante un año con métodos innovadores. El sueldo anual era de 4.000 pesetas, bastante alto para la época.

Fuente: INE Anuario Estadístico de España. 1931-1936. Se puede consultar en http://www.ine.es/inebaseweb/pdfDispacher.do?td=194451&ext=.pdf

Asimismo, la otra fuente ha sido “Estadísticas Históricas de España: siglos XIX-XX”. Carlos Barciela López,Albert Carreras,Xavier Tafunell, Fundación BBVA. (Se puede consultar toda la obra el GoogleBooks).

http://blogs.lainformacion.com/zoomboomcrash/2011/04/14/estadisticas-curiosas-y-crudas-de-la-ii-republica/

Unas pocas frases de los dirigentes del PSOE en los años 30 para darse cuenta de que España ha padecido la izquierda más violenta de Europa.

Hoy se cumplen 80 años de la proclamación de la II República, aniversario conmemorado por los tontos y los malvados. Os dejo unas frases de los máximos dirigentes del PSOE.



Francisco Largo Caballero, colaborador del dictador Miguel Primo de Rivera:
"Si los socialistas son derrotados en las urnas, irán a la violencia, pues antes que el fascismo preferimos la anarquía y el caos."

"Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos."

"La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución."

Indalecio Prieto, que llevaba pistola a las Cortes:

"Hágase cargo el proletariado del Poder, y haga de España lo que España merece. Para ello no debe titubear, y si es preciso verter sangre, debe verterla."

Santiago Carrillo:

"La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente."

Julián Besteiro, uno de los pocos socialistas de los años 30 que no tenía sobre sí sangre de españoles:

"Estáis envenenando la conciencia de los trabajadores con una propaganda falsa, que solo puede llevar a un baño de sangre y luego a luchas entre las propias izquierdas."


Una República instaurada tras una victoria electoral monárquica
Se suele decir que la Segunda República se proclamó tras una victoria electoral republicana. Nada más lejos. En las Elecciones Municipales del 12 de abril de 1931, los republicanos obtuvieron 5.775 concejalías frente a las 22.150 conseguidas por los monárquicosEl número de concejales monárquicos casi cuadruplicaba al de concejales republicanos.

Sin embargo, el voto republicano se concentró en las ciudades, obteniendo la victoria en la mayor parte de las capitales de provincia, lo que sembró la euforia entre los partidarios de la caída de la monarquía y sembró el desánimo en la Corte de Alfonso XIII, que dos días después de los comicios partía hacia Cartagena y de allí hacia el exilio para evitar que un conflicto entre monárquicos y republicanos acabase en un baño de sangre: “quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil”, afirmaba el monarca en una carta publicada el 17 de abril por el diario Abc.
Una Constitución aprobada sin referéndum y sin voto femenino
La Constitución de la Segunda República fue aprobada el 9 de diciembre de 1931 por las Cortes Constituyentes, elegidas el 28 de junio de ese año en unas elecciones en las que sólo pudieron votar los hombres (el voto femenino no fue aprobado hasta el 1 de octubre) y que dieron lugar a un parlamento con una insignificante presencia de la derecha. Para colmo de defectos, no se convocó ningún referéndum para aprobar esa Constitución. Las Cortes republicanas negaron al pueblo español su derecho a decidir sobre esa Carta Magna.
Dos diputadas socialistas en contra del voto femenino
En el otoño de 1931 se debatió la aprobación del voto femenino. En aquellas Cortes republicanas sólo había dos mujeres, que irónicamente no pudieron votar en las elecciones: Clara Campoamor, del Partido Radical, y Victoria Kent, del Partido Republicano Radical Socialista. La primera votó a favor del voto femenino, y la segunda en contra. En su discurso, Kent no dudó en basar su rechazo al voto femenino en una “cuestión de oportunidad para la República”, llegando a afirmar lo siguiente: “Si las mujeres españolas fueran todas obreras, si las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un periodo universitario y estuvieran liberadas en su conciencia, yo me levantaría hoy frente a toda la Cámara para pedir el voto femenino.” Curiosamente, el mismo argumento se podría haber usado para rechazar el voto masculino…
El caso más esperpéntico de rechazo al voto femenino vino de Margarita Nelken, del PSOE, que resultó elegida diputada por Badajoz en las elecciones parciales celebradas el 4 de octubre de 1931. Nelken no dudó en mostrar su rechazo al voto femenino con estas palabras: “Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario”. Hoy en día la web del PSOE presenta a Nelken como una pionerapero no menciona su voto en contra del sufragio femenino. Las mujeres votaron por primera vez en unas Elecciones Generales el 19 de noviembre de 1933, dando la victoria por mayoría a la derecha y evidenciando el motivo sectario por el que buena parte de la izquierda se negó a apoyar este derecho de las mujeres.
Censura de prensa y duras limitaciones a la libertad de expresión
El Artículo 34 de la Constitución de la Segunda República afirmaba: “Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y opiniones, valiéndose de cualquier medio de difusión, sin sujetarse a previa censura.” Sin embargo, la Ley de Defensa de la República de 1931convirtió en delitos ciertos ejercicios de la libertad de expresión y de información, por ejemplo:
  • “La difusión de noticias que puedan quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público”
  • “Toda acción o expresión que redunde en menosprecio de las Instituciones u organismos del Estado”
  • “La apología del régimen monárquico o de las personas en que se pretenda vincular su representación, y el uso de emblemas, insignias o distintivos alusivos a uno u otras”
Con ello, se impedía a cualquier ciudadano, asociación o medio de comunicación ejercer la crítica al gobierno o al régimen, lo que proporcionaba a la Segunda República normas represivas propias de una dictadura. En la práctica, esta ley supuso la instauración de una férrea censura previa, que llenó los periódicos de diverso signo de espacios en blanco bajo el título de “visado por la censura”.
Censura en el cine a escenas “lujuriosas” de abejas y flores
Durante la Segunda República también se censuraban las películas. La censura suprimía escenas de desnudos, aquellas que tuviesen una cierta carga erótica e incluso cualquier mención a la prostitución o a los homosexuales, como señalan María Antonia Paz Rebollo y Julio Montero Díaz en “Las películas censuradas durante la Segunda República. Valores y temores de la sociedad republicana española (1931-1936)”. En dicho trabajo se recogen, además, casos de censura en “una escena que recogía la cópula de las abejas”, o “una escena de una yegua y un caballo y otra en la que se fecundan las flores”, pues “se consideró que presentaban una tendencia lujuriosa”.
Censura política e ideológica en las obras de teatro
Durante la Segunda República también existía censura previa en las obras de teatro, incluso en las infantiles. Como señaló Manuel L. Abellán: “Autores, empresarios o representantes de las compañías teatrales elevaban una instancia con anterioridad al estreno de la obra.” En su trabajo se indica como diversas obras fueron censuradas por motivos políticos e ideológicos, e incluso suprimiendo críticas al gobierno.
La Ley de Vagos y Maleantes, un invento de la Segunda República
Hay mucha gente que piensa que la tristemente famosa Ley de Vagos y Maleantes fue un invento del franquismo, pero la realidad es que fue promulgada el 4 de agosto de 1933, durante la Segunda República, y fue un proyecto del gobierno izquierdista de Manuel Azaña. Laversión original de la ley declaraba “en estado peligroso” a diversos individuos entre los que contaban los “vagos habituales”, los “ebrios”, “los que ocultaren su verdadero nombre” o incluso los que no justificasen la posesión del dinero que se hallase en su poder. Los castigos iban desde multas al internamiento, pasando por la pérdida del dinero y demás posesiones.
Un escudo monárquico para una bandera que no usó la Primera República
A diferencia de lo que muchos piensan, la bandera tricolor de la Segunda República no fue utilizada durante la Primera República (1873-1874), régimen que usó la bandera bicolor que había establecido Carlos III como bandera nacional en 1785. La Segunda República cambió el diseño de la bandera, pero irónicamente mantuvo el escudo con los cuarteles que representan a los reinos de Castilla, León, Navarra, Aragón y Granada, cuya unión ha simbolizado siempre el Reino de España. La Segunda República también mantuvo las Columnas de Hércules con la cinta luciendo el lema “Plus Ultra”, incorporado por Carlos V para simbolizar su Imperio. Simplemente, se suprimió el escusón con las flores de lis que representaban a la dinastía borbónica, y se sustituyó la corona real por una corona mural, elección muy inadecuada pues dicha corona se usaba tradicionalmente en diversos países -mayoritariamente monarquías- para timbrar los escudos de los municipios, y no de una nación.
Una Constitución que lesionaba la libertad religiosa
La Constitución de la Segunda República, en su Artículo 26, establecía la disolución de las órdenes religiosas que estableciesen un voto de “especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado”. Se proscribía así a las órdenes que hacían voto de obediencia al Papa. A comienzos de 1932, esa norma dictatorial se utilizó para disolver la Compañía de Jesús, nacionalizar sus bienes e iniciar una auténtica persecución contra sus miembros.
La Constitución de 1931 establecía, además, la disolución de todas las órdenes religiosas que “constituyan un peligro para la seguridad del Estado”. Con una afirmación así se abría la puerta a que cualquier gobierno se cargase toda orden que no complaciese los caprichos del poder. Además, dicha Constitución prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, una labor a la que los religiosos había dedicado enormes esfuerzos y que había permitido educarse a numerosas personas de las clases más humildes. Se trataba deun atropello en toda regla que violaba el derecho a la libertad de educación. Pero las medidas anticatólicas de esa Constitución no acababan ahí.
El Artículo 27 proscribió los cementerios religiosos, ya fueran católicos, judíos, protestantes, etc. Dicho Artículo también establecía lo siguiente: “Las manifestaciones públicas del culto habrán de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno.” Se sometía así a la voluntad del poder el ejercicio de la libertad religiosa, suprimiéndola de facto.
Una República sin libertad de educación
El Artículo 48 de la Constitución de la Segunda República afirmaba: “La enseñanza será laica, hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de solidaridad humana.” Como ya he señalado, se prohibía a las órdenes religiosas dedicarse a la educación. Al declarar la enseñanza laica se excluía a la religión del sistema educativo, algo que hoy en día violaría el Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El citado Artículo 48 de la Constitución de 1931 se limitaba a afirmar: “Se reconoce a las Iglesias el derecho, sujeto a inspección del Estado, de enseñar sus respectivas doctrinas en sus propios establecimientos.” Es decir, que la República reconocía a la Iglesia el derecho a enseñar su religión en sus parroquias, conventos o monasterios… pero incluso así esa enseñanza estaría sometida al control del Estado.
Significativamente, y en línea con las tesis de las logias masónicas -un poderoso y socialmente muy minoritario grupo de presión, pero al que pertenecían nada menos que 151 de los 470 diputados de las Cortes Constituyentes-, ese Artículo 48 reconocía la “libertad de cátedra” -es decir, que los profesores podían imponer sus opiniones y tesis ideológicas a sus alumnos- pero omitía toda mención al derecho de los padres a decidir la educación que deseaban para sus hijos, derecho históricamente denostado por la izquierda pero que hoy recoge el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Cuando la derecha ganó las elecciones y no la dejaron gobernar
La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por José María Gil-Robles, gana las Elecciones Generales del 19 de noviembre de 1933 -las primeras elecciones de la historia de España en las que votan las mujeres-, obteniendo 115 diputados. La segunda formación más votada, el Partido Radical, obtiene 102, y la tercera, el PSOE, se queda con 59. A pesar de los resultados, la izquierda amenaza con una insurrección si la CEDA forma gobierno. La izquierda más extremista ni siquiera espera a que ocurra tal cosa: los anarquistas de la CNT inician el 8 de diciembre de 1933 un levantamiento golpista disfrazado de huelga general, que se salda con 89 muertos y 163 heridos, atentados con explosivos, destrucción de archivos, quema de iglesias y atentados contra vías férreas, puentes, líneas telegráficas y telefónicas. El acto más grave de esa intentona golpista es el descarrilamiento del tren rápido Barcelona-Sevilla en Punzol (Valencia), un atentado terrorista que mata a 23 pasajeros y deja 38 heridos.
El 18 de diciembre el Presidente de la República, Alcalá Zamora, ignora los resultados electorales y encomienda la formación de un nuevo gobierno a Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, el segundo más votado. La CEDA se pliega a las amenazas de la izquierda y decide apoyar el gobierno de Lerroux. Sin embargo, en el otoño de 1934 la CEDA exige a Lerroux que le permita participar en el gobierno. Alcalá Zamora lo acepta y el 4 de octubre entran tres ministros de la CEDA en el ejecutivo de Lerroux. Al día siguiente, el PSOE pone en marcha una nueva intentona golpista bajo el disfraz de una huelga general. En Madrid miembros armados del sindicato del PSOE, la UGT, intentan asaltar -sin éxito- los edificios de la Presidencia del Gobierno y del Ministerio de la Gobernación. En diversas zonas de España la intentona golpista se traduce en una semana de violencia, lo que obliga al gobierno a hacer intervenir al Ejército. El golpe se salda con más de un millar de muertos, entre ellos 35 sacerdotes asesinados por los golpistas. Se trata del levantamiento armado más grave sufrido por la Segunda República antes del 17 de julio de 1936.
La actitud golpista del PSOE durante la Segunda República
La sangrienta experiencia revolucionaria de octubre de 1934 no es un caso aislado en la actitud del PSOE hacia la Segunda República. Basta con repasar los incendiarios discursos de Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT hasta 1938 y presidente del PSOE entre 1932 y 1935. Ya el 23 de noviembre de 1931, cuando ocupaba el cargo de Ministro de Economía y ante la posibilidad de que se disolviese el gobierno por falta de apoyos parlamentarios, Largo Caballero advirtió: “No puedo aceptar la posibilidad, que sería un reto al partido, y que nos obligaría a ir a una guerra civil. En febrero de 1933 vuelve a repetir su amenaza: “Si no nos permiten conquistar el poder con arreglo a la Constitución… tendremos que conquistarlo de otra manera”. En agosto evidencia en otro acto del PSOE lo que opina de la República: “Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista“.
En plena campaña para las Elecciones del 19 de noviembre de 1933, Largo Caballero vuelve a mostrar su peculiar talante: “El jefe de Acción Popular decía en un discurso a los católicos que los socialistas admitimos la democracia cuando nos conviene, pero cuando no nos conviene tomamos por el camino más corto. Pues bien, yo tengo que decir con franqueza que es verdad. Si la legalidad no nos sirve, si impide nuestro avance, daremos de lado la democracia burguesa e iremos a la conquista del Poder“. El 5 de octubre de 1934, como acabamos de ver, cumplió con creces su amenaza, cuatro días después de afirmar en un mitin en Madrid lo siguiente: “Nuestro partido, es ideológicamente, tácticamente, un partido revolucionario… cree que debe desaparecer este régimen“.
Tras esa intentona golpista, Largo Caballero es detenido. El 1 de diciembre de 1935 es puesto en libertad. De cara a las Elecciones Generales de febrero de 1936, el presidente del PSOE continúa con sus soflamas golpistas. El 19 de enero de 1936 afirma en un mitin en Alicante: “si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada”. Al día siguiente, en otro mitin socialista en Linares (Jaén), aclara todavía más su posición respecto de la República: la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución. El 10 de febrero, en el Cine Europa de Madrid, declara sin rodeos: “estamos ya hartos de ensayos de democracia; que se implante en el país nuestra democracia”. En ese mismo mitin Largo Caballero deja claro lo que entiende por “nuestra democracia” con estas palabras: “Tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral, y ese período es la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos.”


Corría el año 1935 cuando en el mes de octubre se celebró en Roma el enlace de Don Juan de Borbón, padre del actual rey de España, y Doña María de las Mercedes. En España, republicana en aquel momento, se luchaba contra cualquier información o apoyo a la corona en el exilio.

Cuando ABC recibió las fotos del enlace, el Gobierno de la República impidió que se publicara ninguna de ellas en la portada. ABC entonces publicó la portada que pueden ver al comienzo de la entrada. Un texto bien claro, muy ocurrente y que decía mucho sin decir nada. Protestaba y dejaba en evidencia a los censores: “Este número está visado por la censura”.

La portada causó tal escándalo que finalmente el Gobierno reconsideró su decisión y permitió publicar la foto del enlace matrimonial.


Izquierda Unida y el PSOE intentaron ensalzar la Segunda República en el Congreso con una declaración institucional que defendía aquel régimen desastroso y liberticida, cuyo sectarismo de origen acabó desencadenando un cruento enfrentamiento entre españoles. Pero ¿qué es lo que decía esa misma izquierda sobre dicha República mientras existió?Repasaremos a continuación algunas de sus propias declaraciones y panfletos.
Un régimen brutal y represivo, según el PCE
La burguesía y el Gobierno republicano burgués-agrario no están contentos, sin embargo, con estos servicios de los rompehuelgas y embaucadores socialistas y sindicalistas, y empiezan a emplear cada vez más tenazmente los métodos del ataque franco contra toda suerte de manifestaciones de lucha, entre otras, contra la lucha económica de la clase obrera española. (…) La ola de fusilamientos en masa de manifestantes pacíficos por la guardia civil, de represiones sangrientas de los campesinos revolucionarios, de asesinatos de obreros revolucionarios desarmados, culpables únicamente de haber tratado de mejorar sus salarios por medio de la huelga, se extiende por todo el país.”
“El Gobierno burgués-agrario de Azaña-Largo Caballero efectúa detenciones en masa de comunistas (en Barcelona, Sevilla, etc.). Toda la prensa comunista está prohibida.” (…) “El partido socialista, partido gubernamental, interviene en calidad de fusilero de vanguardia de la contrarrevolución. Dicho partido excita al Gobierno, al ejército, a la guardia civil, a que castiguen más brutalmente a los obreros y campesinos, a los comunistas.” (Publicado en las páginas 25 y 26 del número 2 de “Bolchevismo”, revista teórica del Partido Comunista de España, 1932Ver página 25Ver página 26)


“Comienzo del discurso de Manuel Hurtado en la revista ‘La Internacional Comunista’ del 1 de octubre de 1932
El PCE abomina de la República y lucha por un régimen soviético en España
La burguesía ha creado una leyenda alrededor del 14 de abril, intentando presentarlo como un idilio de armonía de clases y de un cambio de régimen sin efusión de sangre y sin luchas, con un completo acuerdo de todos. El Partido y los hechos desenmascaran esa leyenda burguesa. La caída de la monarquía el 14 de abril fué preparada por el empuje revolucionario de los obreros, de los campesinos y de una capa de la pequeña burguesía de la ciudad. (…) Bajo la presión de las masas, las clases dominantes realizaron una maniobra para aplazar la revolución.El bloque latifundista burguésmonárquico se transformó en bloque burgués-latifundista republicano. El sentido y fin de esta maniobra consistía en engañar a las masas revolucionarias con el nombre de la República, con ilusiones democráticas, con promesas demagógicas, y evitar de este modo el desenlace de la revolución. (…) El Gobierno republicano ha demostrado su carácter contrarrevolucionario desde sus primeros días.
“El rasgo característico de la dictadura contrarrevolucionaria burguesa-latifundista que reina en España es que ella intenta ocultar su carácter contrarrevolucionario adaptando una máscara democrática.”
La contrarrevolución encarnada en Azaña y Largo Caballero se desenmascara más y más ante las masas” (…) El Partido Comunista de España consciente de la responsabilidad histórica que pesa sobre él, lucha con todas sus fuerzas por el derrumbamiento del poder burgués y por la instauración en España del poder de los Soviets.” (Discurso de Manuel Hurtado Benítez, dirigente del Partido Comunista de España, como delegado español ante el XII Pleno de la Internacional Comunista. Publicado en las páginas 99, 101 y 115 de la revista “La Internacional Comunista” el 1 de octubre de 1932. Ver página 99Ver página 101.Ver página 115)

Segunda página de la edición de ‘El Socialista’, periódico oficial del PSOE, del 25 de julio de 1933
El PSOE prefiere una ‘dictadura socialista’
“Yo soy de los que protestan contra las injusticias sociales, de los que creen que el régimen que vivimos no es inmutable, que es no sólo susceptible de modificación, sino de sustitución por un régimen socialista, colectivista (…) A la dictadura burguesa, nosotros preferimos la socialista. (Discurso de Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE, en el teatro-cine Pardiñas de Madrid. Publicado en la página 2 del periódico “El Socialista” el 25 de julio de 1933.Ver PDF)
El presidente del PSOE rechaza la bandera tricolor en favor de la bandera roja
“Tenemos que luchar como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee, no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución socialista.” (Discurso de Francisco Largo Caballero, presidente del PSOE, en Don Benito, Badajoz. Publicado en la contraportada del periódico “El Socialista” el 9 de noviembre de 1933. Ver PDF)

Contraportada de la edición de ‘El Socialista’, periódico oficial del PSOE, del 9 de noviembre de 1933
La Segunda República es ‘una dictadura’, dice el presidente del PSOE
“Pero ¿qué hace hoy la clase capitalista? Ejercer una dictadura contra la clase obrera. Y para cubrir las apariencias exclaman: “¡Es que vivimos en un régimen de democracia!” ¿En un régimen de democracia? Eso es una falsedad, porque los trabajadores en el régimen capitalista carecen de libertad para exponer y hacer triunfar sus ideales pacíficamente. El solo hecho de que haya una mayoría burguesa en el Parlamento es una dictadura.” (Discurso deFrancisco Largo Caballero, presidente del PSOE, en Murcia. Publicado en la página 2 del periódico “El Socialista” el 15 de noviembre de 1933. Ver PDF)

Página 2 de la edición de ‘El Socialista’, periódico oficial del PSOE, del 15 de noviembre de 1933
Para el PSOE la ‘República burguesa’ no es una verdadera democracia
Esto que se llama democracia en el régimen capitalista no es tal democracia. Para que no se confunda con la verdadera democracia, nosotros, los marxistas, la llamamos democracia burguesa. (…) Si los republicanos están convencidos de esa verdad axiomática deben unírsenos. Frente a la monarquía pelearon por un régimen de justicia. Nada les obliga a seguir siendo republicanos con las ideas de entonces si advierten que tampoco la República burguesa es el régimen de justicia que ellos soñaron.” (Texto extraido de un editorial publicado en portada por el periódico “El Socialista”, órgano oficial del PSOE, el 26 de septiemnre de 1934. Ver PDF)
El diario del PSOE considera peor la República que la monarquía
La República, acogotada. Clamábamos en el desierto cuando denunciábamos a voces, un día y otro, los desvíos y claudicaciones de la República. Lejos de atender nuestras llamadas y acudir en remedio del daño, los republicanos prefirieron crucificarnos y nos motejaron de sectarios. Los republicanos transigían con todo. Fiaban en no se sabe qué milagrosas influencias, ajenas, según se desprende de su inactividad, a la voluntad de los hombres. Sólo así se explica que la suya estuviera ausente -como si en el pleito no les fuera nada- en el proceso de desangramiento y prostitución de la República.”
Ha ocurrido con la República lo que no había sucedido jamás en la monarquía.Resueltamente afirmamos que la moral pública es más baja en este régimen que en el anterior. También decimos -y los hechos hablan por nosotros- que jamás bajo la monarquía borbónica se persiguió al proletariado como hoy.” (Textos extraidos de sendos editoriales publicados en portada por el periódico “El Socialista”, órgano oficial del PSOE, el 4 de octubre de 1934. Ver PDF)



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